jueves, 1 de abril de 2010

LUIS RICO

“LA CULTURA ES EL MÉTODO MÁS AMABLE PARA EDUCAR EN TODOS LOS TEMAS URGENTES”




Los niños bailan alegres y descompasadamente su ritmo de saya. “Aguas que no has de beber, déjala correr; déjala para la sed del que va a nacer” es el estribillo que resuena en el aula infantil mientras los pequeños, disfrazados de gotas de agua, de plantas, árboles, flores y cerros nevados, recitan a medias ante la mirada fiscalizadora de sus profesoras y la ternura de sus progenitores que les sonríen y aplauden “codo con codo”, aprejutados, mientras otros se afanan por preservar ese momento memorable en sus cámaras y teléfonos celulares.
Una escena habitual en colegios fiscales y privados gracias, entre otros factores, a que hoy la Educación Ambiental forma parte de la currícula escolar. La canción insignia de esos actos titula “El funeral del río”, que en letra pertenece al escritor Jorge Mansilla Torres (Cocomanto), actual embajador en México, y la música es del prolífico cantautor tupiceño Luis Rico.
Su hiriente contenido y alegre ritmo trascendieron las aulas, incluso las fronteras del país y además de las aulas infantiles se escucha hoy en documentales y reportajes televisivos sobre contaminación ambiental. Siempre afable, este antiguo luchador de las causas sociales nos muestra, guitarra en mano, su faceta ambientalista.

¿Cómo nació la canción dedicada al contaminado río Choqueyapu?
A partir del 17 de Julio de 1980, hermanados con la cultura popular, Coco Manto y yo, creamos una buena cantidad de canciones que iban en diferentes direcciones. Mineros, campesinos, danzas folklóricas, humor clásico, humor ácido y medio ambiente. A tiempo de leer el libro “La Paz, un ecosistema en peligro”, donde se confirmaban nuestras preocupaciones respecto del río Choqueyapu, decidimos hacer una canción que a tiempo de enseñar a bailar los ritmos nacionales, enseñe también uno de los problemas más graves de la sede de gobierno: la contaminación del río que riega los sembradíos de los valles de Río Abajo de donde (llegan) las verduras que comemos todos los días

¿Por qué compusiste esa canción? ¿Qué preocupación te motivó hacerlo?
La herencia que dejaremos a nuestros hijos y a nuestros nietos, nos ha motivado componer esta canción. Con esta canción hemos viajado y seguimos viajando por toda Bolivia y lejos de nuestras fronteras enseñando a nuestros niños que nosotros hemos depredado nuestro planeta e invitándoles a participar en las campañas por el cuidado del medio ambiente.

Si antes te preocupaba; ahora, ¿te da miedo?
Realmente me da mucho miedo. Me basta recordar el “camino carretero plastificado” Llallagua-Uncía. Me basta recordar los barrios a sólo 10 cuadras del centro de la ciudad de Oruro “Patrimonio intangible de la humanidad”. Me basta mirar las farmacias que por mantener pulcritud, despachan todos los medicamentos en bolsas de plástico que terminarán en el basurero municipal de todas las ciudades.

Luis Rico, ¿de luchador por las causas sociales a luchador por los derechos ambientales?
Desde 1964 hasta 2003 nos ha costado mucho sacrificio recuperar la democracia. La democracia ya está en Bolivia, hay que perfeccionarla. Hoy tenemos otras preocupaciones urgentes: el medio ambiente, los glaciares, la amazonia, la contaminación ambiental, las drogas, la corrupción, la seguridad alimentaria y tantos otros problemas.

¿Qué se puede hacer desde la cultura por el medio ambiente?
Educar, ¡educarnos! La cultura es el método más amable para educar en todos los temas urgentes. Basados en las urgencias y utilizando la cultura como medio educativo: dos más dos es igual a cinco. Cuatro el resultado matemático y uno el ser humano con más vocación de servicio.

¿Qué deberíamos hacer todos por el medio ambiente?
Primero, mirarnos al espejo y a través de esta mirada mirar nuestro entorno, en la casa, en el barrio (la casa grande) en la ciudad, en el país, y en nuestro planeta. Segundo, preguntarnos: ¿estamos bien?


El funeral del río

Están enterrando al río
Su lecho es como un panteón
De plástico su mortaja
Y de óxidos su cajón.

Una corona de trapos
Y unas flores de papel
Le han dejado al Choqueyapu
La retama y el laurel.

// Agua que no has de beber
Déjala correr
Déjala para la sed
Del que va a nacer. //

Con qué lagrimas se quejan
Las piedras en su dolor
Como no lloran se prestan
El llanto del ruiseñor.

Y las arenas resecas
También se prestan la voz
Del viento del altiplano
Cuando esta durmiendo Dios.

Agua que no has de beber…

De que se habrá muerto el río
Dice la Kantuta en flor
Sorbió su propio veneno,
Le responde el picaflor.

Dice el tumbo que fue un crimen
Planeado por algún ser
Enemigo de la vida
Que esto no quiso leer.

Agua que no has de beber…

Sobre su lecho han dejado
Árboles a medio arder
Ácidos, latas, botellas
Venenos de alto poder.

Si el agua baja del cielo
Y aquí no tenemos mar
A quien va dejar el río
Sus orillas de llorar.

Agua que no has de beber…

Era el río un beso limpio
En su tiempo de feliz
Ahora en su pena de muerto
Es como una cicatriz.

Este canto es un redoble.
Saya de luto total
Es un velorio de pobres
La Paz en su funeral.

Agua que no has de beber…

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