jueves, 2 de diciembre de 2010

¿Cómo allanar el camino para el financiamiento de Mipymes?



Los privados proponen trabajar en una agenda público-privada que involucre al Gobierno, a las organizaciones empresariales y a las entidades financieras. Actualmente hay más de 3.000 millones de dólares que encuentran muchos obstáculos para financiar al sector productivo micro y pequeño, principalmente.
  • Redacción
La bonanza actual del sistema financiero boliviano, cuya liquidez supera los 3.000 millones de dólares, es decir, recursos disponibles para ser prestados ahora mismo, contrasta con las severas limitaciones para su financiamiento que enfrentan las micro, pequeñas y medianas empresas productivas (Mipymes).
Obstáculos legales, limitaciones en la oferta del sistema financiero y una reducida capacidad de demanda crediticia de las Mipymes asoman como los principales factores que confabulan contra sus necesidades financieras, según un documento del Proyecto Piloto de Productividad y Desarrollo (PPPD) que ejecuta la Cámara Nacional de Industrias (CNI), que propone una agenda tripartita público-privada para superar la situación.
“La estrategia que estamos planteando es que trabajemos codo a codo gobierno, organizaciones empresariales (pequeñas, medianas y grandes) y entidades financieras para encontrar soluciones con base en un esfuerzo conjunto que señale las acciones que deben tomarse y lo que cada sector debe hacer, de acuerdo a lo que le corresponde y es su responsabilidad”, dice José Durán Guillén, gerente del PPPD.


LAS DIFICULTADES
Según Durán, aún cuando está constitucionalmente establecida la atención y fomento que debería recibir el sector Mipyme, los créditos para las inversiones productivas son todavía escasos y los intereses muy altos, y persisten exigencias difíciles de cumplir como las garantías hipotecarias, por ejemplo.
El PPPD identificó dos restricciones, principalmente. Por un lado, restricciones en la oferta financiera de las entidades bancarias y no bancarias y, por otro, una demanda escasa de crédito de las pequeñas empresas, que contrasta con sus necesidades de financiamiento.
“Esto último se debe fundamentalmente al estancamiento de la actividad productiva en el país y a las reducidas oportunidades que las empresas tienen para hacer buenos negocios, debido al contrabando, la caída de las inversiones, la falta de incentivos a la producción, el cierre de mercados y también a políticas que interfieren y sofocan las actividades empresariales”, señala el ejecutivo.
LA PROPUESTA
Por tanto, las soluciones tienen que atender estas dos caras de la medalla: ampliar y mejorar la oferta de productos financieros adecuados a las posibilidades de las Mipymes y, a la vez, mejorar el entorno económico y las condiciones productivas en el país, de modo que se multipliquen las oportunidades de negocios y crecimiento de estas empresas y que la demanda crediticia se expanda.
“Se necesita, por tanto, de una política integral que el Estado tiene la responsabilidad de definir y articular. De ahí también que estamos proponiéndole al gobierno que trabajemos en una Ley de fomento de las pequeñas empresas”, indica Durán.
Pero no sólo el crédito, agrega, también se necesita que otras modalidades de financiamiento se amplíen y lleguen a más empresas, como son el capital de riesgo, el leasing o arriendo financiero, el financiamiento para compras del sector público y de empresas privadas con garantía del contrato de compra-venta, las operaciones warrant, el acceso a la bolsa de valores, entre otras.
Participan del PPPD la Cámara Nacional de Industrias, las Cámaras de la Pequeña Industria de Santa Cruz y Cochabamba, la Cámara de Industria, Comercio, Servicios y Turismo de Santa Cruz y la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia. El proyecto es financiado por la Embajada Real de Dinamarca con 600 mil dólares.
Escenario propicio
  • Hay un escenario económico, político e institucional propicio para encontrar soluciones a las necesidades de las pequeñas empresas.
  • Es política del Gobierno impulsar el desarrollo productivo y priorizar la atención a la micro y pequeña empresa, artesanía, comercio, servicios, organizaciones económicas campesinas e indígenas y cooperativas de producción. El principal instrumento de la nueva política del gobierno es el Banco de Desarrollo Productivo.
  • Las Entidades de Intermediación Financiera (EIF) se muestran más dispuestas a establecer secciones especializadas y desconcentradas de atención a las PYMES.
  • La oferta de capital de riesgo para PYMES en el mercado financiero tiende a expandirse lentamente.
  • Es un cambio positivo la instalación del régimen de autonomías que tiene entre sus finalidades la promoción del desarrollo económico de los territorios.
Rezagos y restricciones
  • Bolivia no cuenta, aún, con una legislación de fomento a las Mipymes.
  • La oferta financiera de las EIF no guarda relación con la magnitud de recursos disponibles en el sistema bancario.
  • Persisten exigencias difíciles de cumplir como las garantías hipotecarias; y no hay un registro de bienes muebles que reconozca la maquinaria y otros bienes como garantía crediticia.
  • Hay brechas de información: las Mipymes conocen poco los servicios y productos disponibles en el mercado financiero y las EIF no siempre captan sus requerimientos financieros.
  • La tramitación engorrosa, lenta y excesivamente burocrática de las solicitudes de crédito en las EIF desalienta a muchos potenciales clientes.
  • La ausencia de una caracterización homogénea de las Mipymes dificulta la adopción de reglas y procedimientos corporativos apropiados en las EIF.
Escasa demanda
  • La demanda crediticia de las Mipymes es baja, debido al retraimiento y estancamiento de la actividad productiva nacional.
  • Las oportunidades de mercado para el sector productivo son limitadas y menores a las de las actividades de comercio y servicios.
  • La economía acusa la pérdida de dinamismo de su sector industrial, como refleja la cartera bancaria: comercio y servicios, 65%; industria, 18%; construcción, 12%; agricultura, 5%.
  • El clima de negocios se ha debilitado y luce poco propicio para las inversiones privadas, especialmente por la inseguridad jurídica e incertidumbre que rodea a la actividad privada.
  • Altos grados de informalidad de las Mipymes, que se expresa en la falta de trasparencia contable, lo que les impide acceder a los productos financieros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario