martes, 1 de junio de 2010

Tiquipaya quedó fuera de agenda


La voz de la sociedad civil que se reunió en Cochabamba y que delineó acciones y recomendaciones para hacer frente a la amenaza del cambio climático aún no tiene resonancia en las cumbres oficiales que discuten el tema. Ni una línea de sus conclusiones fue leída en la reunión de negociación de Bonn, Alemania, ni lo será en Cancún, México, en diciembre.

· Redacción

Las conclusiones a las que más de 35 mil personas representantes de la sociedad civil de 140 países, reflejadas en el Acuerdo de los Pueblos que emanó la primera Conferencia Mundial de los Pueblos sobre Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra realizada en la población de Tiquipaya, Cochabamba, no serán tomadas en cuenta ni en la reunión de negociación de Bonn, Alemania, (que se realiza hasta este 11 de junio) ni en la 16º Conferencia de las Partes (COP 16) de la Convención Marco de las Naciones Unidas para el Cambio Climático, que se efectuará en diciembre en Cancún, México.
El pasado 7 de mayo, el presidente Evo Morales entregó en Nueva York estas conclusiones al secretario general de la ONU, el coreano Ban Ki-Moon, para que fueran discutidas en Cancún, aunque luego advirtió de su "fracaso": “Cancún va ser otro Copenhague. Los pueblos van a perder la esperanza hacia sus Estados. Los Estados y las Naciones Unidas perderán autoridad frente al mundo que debate sobre el cambio climático".
Las organizaciones participantes del cónclave de abril de 2010 dicen que “no puede haber un proceso de negociación equitativa, transparente e incluyente, ni verdaderas soluciones a la urgencia de la crisis climática, si el texto de negociación del GTE-CLP ignora las voces de los pueblos del mundo cuyos negociadores deberían representar”.

APOYO REGIONAL
Estas mismas organizaciones recuerdan que “como reflejo de las voces de la sociedad civil global y los acuerdos alcanzados en 17 grupos de trabajo, el Estado Plurinacional de Bolivia hizo una propuesta oficial, compuesta por los componentes centrales del Acuerdo de los Pueblos de Cochabamba, al Grupo de Trabajo Especial sobre la Cooperación a Largo Plazo (GTE-CLP) en el marco del Convenio Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC). Desde entonces, el acuerdo ha ganado el apoyo y el reconocimiento de diversas naciones y organismos regionales como el ALBA (Alianza Bolivariana de Nuestra América) y UNASUR (Unión de Naciones Suramericanas)”.
“Por consiguiente”, añaden, “nos preocupa profundamente que el nuevo texto propuesto en el GTE-CLP como base para negociaciones climáticas no refleja ninguna de las principales conclusiones alcanzadas en Cochabamba.”
Cuestionan que se hayan incorporado en su lugar todas las propuestas del Acuerdo de Copenhague, “que ni siquiera tiene el consenso de las Naciones Unidas”.
“Instamos a la CMNUCC a adoptar las conclusiones alcanzadas por los movimientos sociales, pueblos indígenas y sociedad civil internacional en Cochabamba. Es a la vez antidemocrático y poco transparente excluir determinadas propuestas de las negociaciones, y es imperativo que las Naciones Unidas escuche a la comunidad mundial sobre este problema crítico para la humanidad”, reclaman.

Recomendaciones de la CMPCC

Las recomendaciones que no se leyeron en Bonn ni se leerán en Cancún, son:

1. Una reducción del 50% de las emisiones internas de gases de efecto invernadero por parte de los países desarrollados para el periodo 2013-2017 en virtud del Protocolo de Kioto, a nivel nacional y sin depender de los mecanismos de mercado.
2. El objetivo de estabilizar las concentraciones de gases de efecto invernadero a 300 ppm.
3. La necesidad de iniciar el proceso de considerar la propuesta de Declaración Universal sobre los Derechos de la Madre Tierra para restablecer la armonía con la naturaleza.
4. La obligación de los países desarrollados a que honren su deuda climática hacia los países en desarrollo y a nuestra Madre Tierra.
5. El suministro de recursos financieros equivalente al 6% del PIB de los países desarrollados para ayudar a enfrentar la crisis del cambio climático.
6. La creación de un mecanismo para la gestión integral y la conservación de los bosques que, a diferencia de REDD-plus, respete la soberanía de los Estados, garantice los derechos y participación de los pueblos indígenas y comunidades dependientes de los bosques, y no este basado en el régimen del mercado de carbono.
7. La implementación de medidas para reconocer los derechos de los pueblos indígenas deben ser garantizados de conformidad con la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas y los instrumentos y acuerdos universales de derechos humanos. Esto incluye el respeto por los conocimientos y los derechos de los pueblos indígenas, sus derechos a las tierras, territorios y recursos, y su participación plena y efectiva, con su consentimiento libre, previo e informado.
8. El incentivar los modelos de producción agrícola que sean ambientalmente sostenibles y que garanticen la soberanía alimentaria y los derechos de los pueblos indígenas y los pequeños agricultores.
9. La protección y el reconocimiento de los derechos y necesidades de los migrantes forzados por causas climáticas.
10. La promoción de la conformación de un Tribunal Internacional de Justicia Ambiental y Climática.
11. La consideración de un Referéndum Mundial sobre el Cambio Climático que permita al pueblo decidir que se hará sobre este problema, que es de vital importancia para el futuro de la humanidad y la Madre Tierra.

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