jueves, 1 de abril de 2010

CARE EN BOLIVIA

AYUDÓ A MÁS DE UN MILLÓN DE BOLIVIANOS
POBRES EN LAS ÚLTIMAS TRES DÉCADAS

Su acción de lucha contra la pobreza abarca hoy diversos escenarios: agua y saneamiento, salud, seguridad alimentaria, educación, agricultura, recursos naturales y medio ambiente, fortalecimiento municipal, generación de ingresos y atención de emergencias, que complementa con una prolífica producción bibliográfica en todas estas áreas.


Una inundación que afectó al Beni en 1956 motivó su primer contacto con Bolivia. En ese entonces envió 4.596 libras de alimentos para los damnificados, en una operación de ayuda humanitaria a la que estaba dedicada desde 1946, cuando fue creada para aliviar los devastadores efectos que la Segunda Guerra Mundial tuvo sobre la población civil europea, a la que también distribuía alimentos, expandiéndose luego a otros países que sufrían guerras, hambrunas y desastres.
Ese mismo año comenzó a distribuir desayuno escolar en las escuelas primarias de todo el país, pero no fue hasta 1976 cuando CARE firmó un convenio de cooperación con el gobierno boliviano a partir del cual esta organización no gubernamental amplió su radio de acción social para brindar hoy asistencia en áreas como agua y saneamiento, salud, seguridad alimentaria, educación, agricultura, recursos naturales y medio ambiente, fortalecimiento municipal, generación de ingresos y atención de emergencias.

NO LLEGABA EL ESTADO
“Cuando CARE empezó en Bolivia, su línea de especialización era agua y saneamiento básico. Durante muchos años estuvo restringido a ese tema. Era hacer sistemas de dotación de agua potable a comunidades rurales donde no llegaba el Estado y complementar con temas de fortalecimiento comunitario para una buena gestión del agua y se maneje la salud de la comunidad ligada a los temas de agua”, recuerda Marco Antonio Zelada, Gerente de Calidad Programática de esta ONG que recientemente cumplió 33 años impulsando programas de desarrollo en el país.
Hoy el brazo de ayuda de CARE, considerada una de las principales organizaciones de desarrollo y ayuda en emergencias que beneficia a familias de las poblaciones más vulnerables y marginadas de todo el mundo, alcanza a más de 10 millones de personas cada año en más de 75 países de Asia, Europa y Latinoamérica.

POBREZA PERSISTENTE
Fieles a su misión de “servir a las personas y familias más pobres que sufren de discriminación, de acceso a oportunidades para tratar de ayudarles a superar la pobreza”, en estas tres décadas CARE en Bolivia ha ayudado a más de un millón de personas en estado de pobreza, sobre todo del área rural boliviano.  
Pero la pobreza es empecinada. A pesar de los esfuerzos no solamente de CARE en Bolivia sino de muchas otras ONG que trabajan con el mismo objetivo, y de lo hecho por distintos gobiernos, los indicadores de pobreza han permanecido casi invariables durante los últimos 50 años. “Es cierto que los indicadores, así, en términos agregados, no han cambiado mucho; pero probablemente la pregunta también sea: si no hubiera habido intervención de actores de desarrollo, los indicadores seguramente estarían peor”, reflexiona Zelada y seguramente tiene razón.
Su trabajo de campo lo complementan con una prolífica producción bibliográfica que incluye manuales y guías educativas sobre cuidado del medio ambiente, manejo de residuos, gestión del riesgo, derechos de los jóvenes, liderazgo, entre otros, además de investigaciones sobre, por ejemplo, el fortalecimiento de capacidades para el desarrollo económico local sostenible en Bolivia, o el mejoramiento de la gestión empresarial.

Logros

Agua y saneamiento
·       1.294 comunidades con sistemas de agua potable y alcantarillado
·       1.294 comunidades organizadas y capacitadas para la administración, operación y mantenimiento de sistemas de agua
·       68.158 piletas de agua instaladas
·       25.430 letrinas instaladas en 604 comunidades

Salud
·       Más de un millón de personas beneficiadas con sus programas
·       Más de 18.500 mujeres en edad fértil y más de 51 mil niños y niñas menores de 5 años que recibieron servicios de salud primaria
·       Cerca de 15.100 niños y niñas menores de 3 años atendidos de 776 comunidades
·       Reducción del 12% en la desnutrición crónica de niños y niñas menores de 5 años
·       Incremento del 6% al 12% del uso de métodos de planificación familiar
·       Más de 3.500 mujeres capacitadas en planificación familiar
·       Reducción de 70% a 40% de la demanda insatisfecha de servicios de planificación familiar

Agricultura
·       Más de 60 mil personas beneficiadas en los últimos años

Generación de ingresos
·       Incremento mayor al 5% de los ingresos familiares a través de:
o       680 escuelas de campo y parcelas demostrativas
o       Cerca de 3.600 silos familiares de postcosecha construidos
o       Mejoramiento en los procesos de comercialización
o       Capacitación a 336 promotores agrícolas
o       Fortalecimiento da 500 asociaciones de productores y organizaciones económicas campesinas (OECAs)
o       668 km en mejoramiento de caminos vecinales

Recursos naturales
·       Capacitación en prácticas adecuadas de manejo de recursos naturales
·       Intervención en áreas de microcuenca y reservas biológicas
·       Apoyo a la protección y manejo de la reserva biológica de Sama (Tarija)
·       3.210 h en 89 comunidades con manejo adecuado de tierra, agua, suelo y bosque

Educación
·       Más de 26 personas beneficiadas en los últimos cuatro años
·       Más de 145 docentes capacitados en Educación Juvenil Alternativa (EJA)
·       Más de 899 niños, niñas y mujeres beneficiadas por el proyecto
·       Alianza con el Ministerio de Educación a favor del proceso de transformación curricular de la EJA


MARCO ANTONIO ZELADA
“LUCHAR CONTRA LA POBREZA ES UN RETO
MUY GRANDE; NADIE LO PUEDE LOGRAR SOLO”

Más de 30 años luchando contra la pobreza, pero el PIB per cápìta no se modificó en 50 años, ¿dónde se refleja su contribución a la lucha contra la pobreza, cuando no se refleja en los indicadores agregados?
Esta es una reflexión continua no sólo en CARE sino en todas las organizaciones que trabajan en pro del desarrollo. Es bastante complejo responder porque hay una serie de factores de por medio. Es cierto que los indicadores, así, en términos agregados, no han cambiado mucho, pero probablemente la pregunta también es: si no hubiera habido intervención de actores de desarrollo los indicadores seguramente estarían peor, en retroceso y demás. Creemos que hubo resultados concretos de las acciones porque lo hemos visto en el día a día de los diferentes proyectos e intervenciones. Pero un problema no sólo de CARE sino de casi todo lo que ha sido cooperación al desarrollo, especialmente ONG nacionales o internacionales, es que gran parte de las acciones, de las intervenciones, programas y proyectos que se han implementado han sido orientados a un nivel muy local, a nivel comunitario, municipal, donde se logran cambios importantes en las vidas de las personas que han participado en los proyectos que han recibido un beneficio directo, pero ha habido muy poco o casi ningún cambio a nivel de los temas institucionales y de políticas, que al final son un factor definitivo para luchar contra la pobreza.
La acción local no es suficiente. Esa es una reflexión muy seria que hemos hecho y precisamente a futuro, en realidad desde hace tiempo atrás, nuestros proyectos apuntan cada vez más a abordar esos temas.

Y el problema de los proyectos es que tienen un comienzo y un fin.
Sí, son limitados, por supuesto.

Entonces, termina el proyecto y terminan también las buenas prácticas adquiridas.
Sí, hay mucho de eso. Un problema es que es mucho más fácil y más visible ver en un tiempo corto lo que son los cambios físicos. Pueden construir una obra, un sistema de agua, de riego, pero las capacidades de las personas, los conocimientos, actitudes y prácticas nuevas son procesos más largos, que a veces no cuentan con el respaldo financiero. Ese es un problema de implementación en general. Muchas iniciativas se truncan porque no disponen del suficiente recurso como para trabajar el tiempo necesario para consolidarlas.

Lo ideal fuera que se constituyan en política pública…
Exactamente, esa es la idea.

Y a partir del municipio y el proceso de profundización de la descentralización que estamos viviendo va a ser más factible.
Esa es la idea. Trabajar tanto a nivel de gobiernos locales que pueden decidir muchas cosas y pueden gestionarse muchas cosas a nivel local, pero también las instancias nacionales e inclusive internacionales de desarrollo, porque hay elementos que condicionan el desarrollo de un país que no están precisamente bajo el control del propio país, porque el mundo está tan interconectado y globalizado ahora. Entonces, precisamente eso es hacia donde nos estamos moviendo más. Una política pública, la adecuación de una norma, etcétera, puede tener más impacto que 20 proyectos que se han trabajo en cinco comunidades o 20 comunidades. Es un tema que no se puede dejar de trabajar y que no ha sido normalmente terreno de las ONG, pero hace relativamente poco tiempo es un tema que preocupa mucho más a las ONG en general, que generalmente estaban muy poco conectadas a estos temas de política pública, precisamente por un tema de no intervenir en las políticas internas de los países; pero al final se ve que si se quiere tener resultados en este tema es un aspecto que hay que abordar.

El objetivo general es luchar contra la pobreza, pero no hay coordinación, articulación. Todos luchan, pero cada quien por su lado…
Cierto. Ese ha sido el gran problema de todos los actores interesados en el tema de desarrollo: que no ha habido una coordinación muy efectiva, aunque yo siento que es mejor ahora que antes. Pero aún hay que trabajar mucho en eso y mucho tiene que ver por las actitudes institucionales que había, que todavía hay, pero que están un poco mejor ahora. Durante mucho tiempo el celo institucional era muy fuerte, cada organización quería ser la que ponga su bandera o su letrero en cada lugar y decir “yo he hecho esto” y “todo este resultado se debe a mi participación”. Eso no ha ayudado porque justamente ha sido muy difícil coordinar por estar en este ambiente de competencia.
Ahora yo siento que hay más voluntad de coordinar porque la gran mayoría ha tomado conciencia de que luchar contra la pobreza es un reto muy grande, nadie lo puede lograr solo y probablemente es que si seguimos actuando independientemente, ninguno logre contribuir significativamente a este desafío. Entonces es necesario coordinar, colaborar. La cooperación internacional estimula ahora esto de las alianzas, tiene mecanismos para favorecer financiamiento cuando hay coordinación visible, colaboración o hay algo que se construye sobre otro proceso previo o que apoya procesos de los gobierno, o de la propia sociedad civil. Hay ahora un ambiente más favorable para coordinar, pero por supuesto que hay barreras todavía que están ahí y una de las principales es la competencia por el financiamiento. Como todo lo que son acciones de desarrollo requieren financiamiento –normalmente externo, porque no hay suficientes recursos en el país–, entonces los actores que están en esto están un poco compitiendo entre sí por los fondos, cada uno tiene su propuesta, etcétera.

Y por los mismos financiadores.
Claro, porque hay una base más o menos limitada de financiadores a los que se puede acceder. Entonces hay una suerte de competencia, es evidente, pero también hay esta suerte de colaboración, alianzas que se buscan.

Y en ese camino de buscar alianzas, cómo ven al gobierno, que le ha dado un giro social a su política de inversión pública.
Lo que mencionaba de aliarse con todos, es con todos los actores. Por supuesto que el Estado en general, a nivel central, local, municipal es un actor básico, principal, al margen de cualquier afinidad o desavenencia político-ideológico que pueda haber. De hecho es “el” actor principal para promover el desarrollo en los países y las ONGs deberían ser quienes contribuyan y coadyuvan a que este proceso se dé. En el caso del gobierno actual, muchas de las políticas especialmente sociales, de hecho son muy coincidentes con el mandato institucional de CARE.

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