jueves, 1 de abril de 2010

Mujeres construyendo una nueva Bolivia para vivir bien (I)

El 10 de diciembre de 2008, mediante Decreto Supremo Nº 29.850, el Plan Nacional para la Igualdad de Oportunidades ”Mujeres construyendo la Nueva Bolivia para Vivir Bien” entró en vigencia tras un largo proceso de diálogo, consulta y concertación entre el Viceministerio de Género y Asuntos Generacionales y muy diversas organizaciones sociales de mujeres del país. La importancia que puede tener este documento para transformar las condiciones subalternas de vida que sufren muchas mujeres bolivianas me obliga a dedicar un espacio inicial en esta publicación que recién comienza su andadura con este primer número y a la que aprovecho para saludar.

“Otro mundo no será posible sin una concepción diferente de la democracia.
Y otra democracia es posible sólo a través de un proceso de revoluciones
personales y subjetivas de hombres y mujeres, con un reconocimiento activo
de la diversidad, asumiendo las interseccionalidades de las luchas como
un reto colectivo”[1]


· Elena Apilánez Piniella

Coincidiendo con la finalización de la vigencia del Plan Nacional de Políticas Públicas para el Ejercicio Pleno de los Derechos de las Mujeres (2004-2007), el antiguo Viceministerio de Género y Asuntos Generacionales (hoy Viceministerio de Igualdad de Oportunidades, VIO) inicia, en 2007, la formulación del actual Plan Nacional de Igualdad de Oportunidades (en adelante “PNIO”) invitando, para ello, a un amplio abanico de organizaciones de mujeres quienes definen, en primer término, el Marco Conceptual del documento: en éste se recoge la necesidad de modificar el discurso entorno al concepto de género y, al mismo tiempo, se reivindica la necesidad de alejarse de la concepción patriarcal estatal mediante la cual las mujeres son relegadas a “espacios secundarios” (2008:5) y agregadas a “grupos vulnerables” (2008:5), convirtiéndolas en víctimas y reduciéndolas a beneficiarias de políticas públicas compensatorias –como ya había sucedido en los períodos anteriores- que en nada modifican ni transforman las estructuras de dominación existentes entre hombres y mujeres en el país. En este sentido, el Marco Conceptual del PNIO reafirma el hecho de que las mujeres bolivianas ni son víctimas ni son meras beneficiarias de, sino sujetos con identidades individuales e identificaciones comunitarias que “son parte de los movimientos y organizaciones sociales, que son ellas quienes desde siempre, con sus cuerpos de mujeres, han hecho y construido la historia”[2] (2008:5).
El Marco Conceptual del PNIO está desarrollado a través de tres ítems que comienzan realizando un “Análisis crítico evaluativo del marco conceptual precedente” (se refiere al de los planes anteriores), para continuar con una propuesta de “Ideas-fuerza del marco conceptual” y finalizar exponiendo “Los campos de acción” a través de los cuales habrá de transcurrir su ejecución.
El Marco Conceptual, por lo tanto, define y da forma a la visión política de la cual emanarán el resto de las propuestas contenidas en el documento; es el punto de partida y, al mismo tiempo, el núcleo duro alrededor del cual se podrá ir construyendo el camino político que el Estado Boliviano, a través de su Viceministerio de Igualdad de Oportunidades, deberá de transcurrir en los próximos cinco años para coadyuvar a la superación de las múltiples discriminaciones y opresiones que sobre las mujeres aún existen actualmente en el país.
Además, el Marco Conceptual manifiesta la intención del actual Gobierno por emprender un proceso de des-colonización de la visión que de las mujeres se ha tenido por décadas (¿quizás también de des-patriarcalización?) y hace pública la razón de ser de una propuesta de igualdad de oportunidades impulsada desde el Estado, si bien con la participación y –suponemos- la anuencia de un amplísimo abanico de posiciones feministas y del movimiento social de mujeres.
Entre las ideas-fuerza del Marco Conceptual se destaca, en primer término, la reivindicación de la recuperación de una radical conceptualización política del concepto de género vinculándolo no solamente a la mera descripción de roles socialmente construidos para hombres y mujeres sino y, principalmente, a las formas y características que subyacen y estructuran la construcción de las relaciones de poder entre hombres y mujeres. De igual forma, el documento solicita con urgencia la restitución del sentido original del concepto y propone descolonizarlo para “aplicarlo como categoría de análisis de las relaciones que se dan aquí y ahora entre mujeres y hombres” (2008:11) y, al mismo tiempo “recuperar la memoria larga de las luchas de las mujeres contra un patriarcado que se instauró aún antes de la invasión colonial” (2008:12); esta última propuesta reconoce la necesidad de superar la –seguramente- errónea concepción de bondad de las culturas americanas antes de la invasión española y “denunciar la existencia de un patriarcado y un machismo boliviano, indígena y popular, con rasgos propios y particulares” (2008:12).
En este sentido se plantea la segunda idea-fuerza que refiere a la necesidad de revisitar el concepto de par complementario propio de la cosmovisión indo-americana; este concepto se inserta en la idea de las personas formando parte integrante e indisoluble de un espacio comunitario donde se desenvuelve una “relación de complementariedad y reciprocidad entre lo masculino y lo femenino” (2008:12) donde no se visualice una posición jerárquica de poder sino que se reafirme la noción de “complementariedad horizontal hombre-mujer” (2008:12) denunciando la actual sobre-valorización de los roles masculinos respecto de los femeninos. Para ello, el documento propone la subversión del orden por el cual se nombra al par complementario, transformando el chacha-warmi en el “warmi-chacha” (2008:13) y ubicando a la parte femenina del par en una posición de horizontalidad respecto a la parte masculina: “implica una recuperación del par complementario a partir de las mujeres, desde su posición actual, para reconstruir el equilibrio y la armonía en la comunidad y en la sociedad” (2008:13).
La comunidad es la tercera idea-fuerza: el concepto de comunidad asumido va más allá de una mera referencia espacio-territorial (aunque también existan comunidades territoriales) para constituirse en una categoría identitaria y colectiva propia de los pueblos originarios –y, por supuesto, de los múltiples grupos humanos que constituyen la diversidad nacional boliviana– que incluye la vida misma, su devenir y sus relaciones: por ello es susceptible de transformación; es decir, la comunidad adquiere un sentido histórico y, por lo tanto, las relaciones sociales que se construyen en este espacio entre hombres y mujeres son, igualmente, variables y móviles: “consecuentemente, es ahí donde se necesita trabajar para cuestionar, develar y modificar las relaciones de género” (2008:14). La concepción de comunidad implica el hecho de que hombres y mujeres forman parte indisoluble de un espacio común que, a su vez, es constituido por éstos y éstas de tal forma que, si una de las partes cercena o somete a la otra (en este caso, la parte masculina sobre la femenina), esa parte estará impactando en el conjunto de la comunidad: “al someter a las mujeres –que son la mitad de la comunidad– están sometiendo a la comunidad y, al someter a la comunidad, se están sometiendo a sí mismos” (2008:14).
Las identidades individuales –masculinas y femeninas– son únicas e irrepetibles, conforman la comunidad y se auto-instituyen y reconocen como pares diversos (no idénticos) a partir del principio de alteridad, la cuarta y última de las ideas-fuerza. En este caso, el principal reconocimiento que subyace a la demanda del principio de igualdad es el del reconocimiento de la otra –mejor digamos, de las otras– es decir, de las mujeres en sí mismas como individuales y, al mismo tiempo, diversas, “y no como una ficción de alteridad, es decir, como proyección del “sí mismo” (el hombre)” (2008:15).


[1] ISIS International-Manila (2007).- Diálogos Feministas 2007. Transformando la democracia: visiones y estrategias feministas. Informe de los Terceros Diálogos Feministas para el 7º Foro Social Mundial, Nairobi, Kenia.
[2] Ministerio de Justicia, Viceministerio de Género y Asuntos Generacionales (2008).- Plan Nacional para la Igualdad de Oportunidades. “Mujeres construyendo la Nueva Bolivia para Vivir Bien”. En adelante, la mayor parte de las frases entre comillas han sido extraídas textualmente del documento y serán identificadas con la fecha de la publicación y el número de página entre paréntesis.

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