· Abigail Zuleta Villegas
Del tamaño de un pulgar, esta Virgen es considerada como la deidad prodigiosa de Viacha, ciudad ubicada a 33 km de La Paz. Atrae a propios y extraños por el encanto de su ser y por el enigma del lugar donde fue hallada: el cerro de Letanías, un mirador natural testigo de plegarias, fe y devoción de miles de devotos que la visitan tres veces al año: durante la festividad de la Virgen, el 15 de julio; en Semana Santa; y el 2 de agosto.
Letanías se encuentra a 8 Km al sur de Viacha. Es enigmático porque en sus entrañas de cerro rocoso, siendo tan alto, existe agua. Hilarión Cruz, miembro del Directorio de la Virgen de Letanías, comenta que “la única explicación da lugar a un milagro, porque es misterioso que a 4.200 metros sobre el nivel del mar, en la cúspide del cerro y sólo en éste exista agua, misma que además se caracterizaba por sanar a aquellos que acudían con fe a tocarla e incluso beberla”.
A mitad de Letanías, en la parte posterior del cerro, se aprecia una cantera con agua cristalina. Según los lugareños, “cada vez que hay sequía se ingresa al lugar para sacarla, pero esta agua no debe ser vista por el sol; luego, con ritos y mucha esperanza se derrama el líquido alrededor y la lluvia cae al día siguiente”. ¿Fe o coincidencia?, lo cierto es que a las pocas horas de que visitamos el lugar, llovió persistentemente.
ENTRE LEYENDA Y REALIDAD
La historia de la Virgen de Letanías se pierde en la memoria de los habitantes. Sin embargo rescatamos dos de ellas: la primera, una versión recogida por el Gobierno Municipal de Viacha a través de su Guía Turística y su Boletín Informativo El Portal de Viacha, publicados en 2008 y 2009, respectivamente.
En estos documentos se relata que “la imagen apareció cuando una niña pastora se vio amenazada por víboras que reptaban por el lugar. El susto provocó en la pequeña la necesidad de invocar a su madre; entonces, notó que una dulce imagen asomaba llena de luz, consiguiendo la huida de los reptiles y a la vez el consuelo de la pastorcita. Luego, la niña buscó por el lugar donde desapareció la luminosidad encontrando la estatuilla de la dulce guardiana. Para recordar permanentemente este maravilloso hecho erigieron en lo más alto del cerro el Santuario que hoy es conocido como Letanías, pues las plegarias de la pastorcita fueron escuchadas por la Virgen quien la amparó”.
La segunda historia fue rescatada y publicada a inicios de este año por el padre Guechi Pucho, quien relata que el Puente Colonial Kalachaca –del cual todavía quedan vestigios– y las faldas del cerro hoy llamado Letanías, eran el paso obligatorio hacia la ciudad de La Paz. Entonces, cuando llegó la estación más fría del año, en la que los días son más cortos y las noches más largas, un arriero fue sorprendido por la oscuridad de la noche que le impidió continuar su viaje. Entonces desensilló a sus animales, les dio de comer, se envolvió con sus ponchos y se guareció entre los peñascos.
APARICIÓN MILAGROSA
Tan intenso era el frío –continúa el relato– que parecía provocar el crujir de las piedras y el menguado de la luna. El cielo era un manto de estrellas que trepidaban con intensidad. De repente, escuchó repiques de campanas y melodías emitidas por zampoñas. Vio luces en el cielo (que no eran estrellas) y pensó que en la cima del cerro había una fiesta. El frío y la oscuridad le recordaban que esa noche sería especialmente larga, así que decidió subir con la esperanza de encontrar algo caliente para beber.
Durante el recorrido –agrega– escuchaba letanías a la Virgen. No había duda, era una fiesta religiosa. El toque de campanas era cada vez más fuerte, señal de que se aproximaba al lugar. Cuando finalmente llegó fue grande su sorpresa al no encontrar nada, excepto a una imillita (niña pequeña, en aymara) que al verlo corrió como huyendo de él. El arriero tuvo pena por ella. Pensó que se encontraba extraviada. Corrió detrás, no pudiendo alcanzarla. La niña dio vuelta tras una piedra y se perdió en ella. Después de una intensa búsqueda, desconcertado, descubrió una pequeña imagen de granito con la imagen de la Virgen María. Los comunarios, imbuidos de una profunda veneración, edificaron un altar.
RUMBO AL RÉCORD GUINNESS
El año 2006 la Virgen de Letanías, de apenas 17 milímetros, fue declarada Patrimonio Cultural Departamental por la Prefectura de La Paz. Ese mismo año, la empresa Titicaca Turing Club comenzó una campaña para conseguir que sea incluida en el Libro Guinness de récordes mundiales como la imagen de la Virgen María más pequeña del mundo, para lo que se requiere reunir 50.000 firmas de apoyo.
Como aún no se han conseguido, la campaña para alcanzar ese objetivo está abierta. Los interesados en sumarse deben comunicarse con Titicaca Turing (2-2852121) o con la Unidad de Turismo del Gobierno Municipal de Viacha (2-2800006 Int. 123).
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