jueves, 2 de diciembre de 2010

Manejo sostenible triplicó población de vicuñas



Entre 1996 y 2010 la población de este animal pasó de 33 mil a 112 mil individuos gracias al impulso del Programa Nacional de Conservación y Aprovechamiento Sustentable de la Vicuña. En 2010 se produjeron casi 2.000 kilos de fibra cuya venta totalizó 800 mil dólares de ingresos distribuidos entre las comunidades productoras, que ahora son guardianes de su conservación.

· Miriam Telma Jemio

La conservación eficaz de la vicuña, especie que estuvo en peligro de extinción, triplicó el número de su población en los últimos 14 años gracias a la participación de las comunidades y a una serie de normativas que promovieron su conservación y repoblamiento.

Según el último censo realizado el pasado año, en Bolivia existen 112 mil vicuñas, cifra que refleja un crecimiento considerable en relación al primer conteo efectuado en 1996, que reportó 33 mil individuos en territorio boliviano.

Las acciones realizadas para la recuperación de la población de vicuñas fueron varias, dice Omar Rocha, director de Biodiversidad y Áreas Protegidas. En 1990 se declaró la Veda General Indefinida prohibiendo la caza de cualquier animal silvestre en territorio boliviano.

Los comunarios no entendían por qué debían proteger a la vicuña, recuerda Rocha. Ese animal competía por la comida con su ganado y además no podían beneficiarse de la venta de fibra puesto que la normativa les exigía transformarla en textiles, lo cual era difícil de hacer.

NACE UN GRAN NEGOCIO

En los siguientes años, con el objetivo de generar ingresos económicos para los pobladores locales donde habita la especie, se inició el proceso de aprovechamiento de la fibra de forma planificada y fiscalizada por la Dirección de Biodiversidad y Áreas Protegidas.

Una nueva reglamentación permite ahora comercializar la fibra, por lo cual los comunarios se apropiaron del proceso y son los guardianes de esa especie, señala Guillermo Prieto, técnico del Servicio Nacional de Áreas Protegidas (Sernap).

Lo que se tiene que destacar, dice Rocha, es que ahora 64 comunidades se convirtieron en manejadoras de vicuña en el marco del Programa Nacional de Conservación y Aprovechamiento Sustentable de la Vicuña.

El objetivo del programa es conservar la especie a través de un manejo normado hecho por las comunidades indígenas. Para el efecto se conformó el Comité de Comercializadores de Fibra de Vicuña y las comunidades se asociaron para realizar el aprovechamiento y obtener los ingresos económicos de manera organizada.

MULTIPLICADO POR TRES


Para la sostenibilidad del programa es necesario conocer el estado poblacional de la especie, considerando que el objetivo es la conservación. En ese marco, se realizó el 2009 el diagnóstico del “Estado poblacional de la Vicuña en Bolivia”, que fue liderada por la Dirección General de Biodiversidad y Áreas Protegidas del Viceministerio de Medio Ambiente, Biodiversidad, Cambios Climáticos y de Gestión y Desarrollo Forestal.

En ese trabajo participaron el Sernap, las Gobernaciones (antes Prefecturas), organizaciones no gubernamentales y fundamentalmente los pobladores locales, a cuya participación masiva se debe el éxito de esta campaña, apoyaron en el recuento y registro de vicuñas, destaca Guillermo Prieto.

Los resultados reflejan un incremento considerable de la población de la vicuña si se compara con el primer censo nacional que data de 1996 el cual reportó alrededor de 33.000 individuos de esta especie y en la actualidad se tienen 112.000 en todo el país.

Este crecimiento, coindicen en resaltar Rocha y Prieto, se debe al empoderamiento del programa por parte de las comunidades locales.

Los datos del censo se convierten en una herramienta para los actores locales y las autoridades. Para Rocha, el programa demostró que el manejo sustentable de una especie en silvestría por comunidades locales puede ser una herramienta eficaz de conservación.

DISTRIBUCIÓN

DE BENEFICIOS

En los últimos años hubo un importante avance en los procesos de esquila y venta de la fibra de vicuña, Bolivia exportó alrededor de tres toneladas de ese producto entre el 2007 y el 2010. Los beneficios de esta venta son distribuidos de manera equitativa entre las comunidades manejadores de vicuña.

La esquila se realiza cada dos años, pausa que se toma para que el pelo de la vicuña alcance los 3,5 centímetros de largo. Con la fibra de cinco de estos animales se logra un kilo. Se estima que a una vicuña se la esquila entre seis a ocho veces, puesto que viven unos 16 años.

La primera venta se realizó el 2007. Se obtuvieron 333.421 dólares por 950 kilos de fibra acopiados durante 10 años, entre 1998 y 2006, “se tuvo que cambiar la normativa; la anterior no permitía su comercialización a menos que se la convierta en un textil”, recuerda el Director de Biodiversidad.

El 2009, se comercializaron 1.869 kilos de fibra acopiada entre el 2007 y 2008, de la cual obtuvieron 803.676 dólares. Este 2010 se exportaron casi dos toneladas de fibra a 430 dólares el kilo, por lo cual se obtuvo 800 mil dólares.

El dinero de la venta se distribuye de acuerdo al número de vicuñas que cada comunidad logra esquilar, los pobladores deciden en qué invertirlo por ejemplo, dice Prieto, compran callones, balanzas y otras herramientas o lo destinan a proyectos para mejorar sus escuelas o postas sanitarias.

EL ESTADO

SE BENEFICIA

Por primera vez este año, el Sernap recibirá un porcentaje de la venta de la fibra de vicuña. Un nuevo reglamento establece una nueva distribución de los beneficios de la monetización del acopio de la lana.

El 92% del monto de la venta va a las comunidades y el restante 8 por ciento, se distribuye entre la Dirección General de Biodiversidad (3%), el Sernap recibe el 3% cuando la fibra sale de las áreas protegidas y la gobernación cuando la lana proviene de áreas con manejo, como sucede en La Paz con la comunidad de San Andrés de Machaca. Y un 2% va a los municipios de las regiones donde habitan las vicuñas.

La monetización de la fibra de vicuña, despertó el interés de otras comunidades que comparten territorio con este animal silvestre y que no están en áreas en protegidas. Según Prieto, la cantidad esquilada en áreas protegidas disminuyó desde el 2007 que aportaban con el 74% de la lana; el 2008, el 62% de la fibra era de áreas protegidas y el 2009, sólo representó el 38%.

RECUADRO

CENSO POBLACIONAL DE 2009

  • 112.249 vicuñas están distribuidas en los departamentos de La Paz, Oruro, Potosí, Cochabamba y Tarija. Los datos son a nivel departamental, municipal y cantonal.
  • Potosí tiene el mayor número de vicuñas: 44.202 individuos (39,4%).
  • La provincia con el mayor registro es Sud Lípez, con 22.823 vicuñas y el municipio con mayor densidad Taypi Cañuma, ubicada en la provincia Bautista Saavedra del departamento de La Paz, donde hay 22 vicuñas por kilómetro cuadrado.
  • Sólo se aprovecha el 15% de la población de vicuñas existente.
  • Se clasifican en cuatro áreas censales: Áreas Protegidas, Áreas no Protegidas Con Manejo, Áreas no Protegidas y Sin Manejo (San Andrés de Machaca, en la provincia Pacajes de La Paz).
  • El mayor porcentaje de vicuñas se encuentra en zonas fuera de Áreas Protegidas y Sin Manejo con un 42,9%, en tanto que el 41,1% de individuos se encuentra en çAreas de Manejo.
  • El 15% de la población nacional se encuentran en Áreas Protegidas. Sobresale el Área Natural de Manejo Integrado Nacional de Apolobamba con 11.878 vicuñas (66% del total de vicuñas en áreas protegidas).
  • En Bolivia hay dos subespecies de vicuña (V.v. mensalis y V.v. vicugna) que se encuentran en seis subecorregiones del país, de las cuales la Puna Desértica alberga al 49,1% de la población total.
  • El mayor porcentaje de avistamiento corresponde a grupos familiares con 8.461 registros (57%).
  • El tamaño promedio de un grupo familiar oscila entre 4 a 8 vicuñas y el tamaño promedio de una tropilla oscila entre 8 a 18 vicuñas.

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